El pequeño barro a veces reseco de la vasija del corazón
es lo único que le importa a la gracia de Dios
para obrar en las debilidades humanas.
Por todos los resquicios del alma se cuelan las gotas de sudor,
lágrimas y sangre que la gracia destila a su tiempo...
En el reloj de arena del desierto de Dios cada granito
cae a su debido tiempo para volverse un vergel en promesa... Eduardo
miércoles
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1 comentario:
Cada grano de arena es necesario y potencialmente se corresponde con un desierto.
Como la semilla al bosque.
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